Muchos inversores viven obsesionados con batir al índice y se deprimen si no lo consiguen. Algunos desisten y se indexan —en cuyo caso tampoco lo baten. También los hay que empiezan a correr riesgos innecesarios para lograr dicho objetivo. ¿En serio es obligatorio batir al índice cuando inviertes? En nuestra opinión, no. Vamos a verlo.

¿Por qué nos empeñamos en batir al índice?
La idea de batir el índice es ampliamente discutida entre los inversores, especialmente porque Warren Buffett —quizás el mejor inversor de todos los tiempos— compara la performance de su empresa, Berkshire Hatthaway, con el índice SPX (cesta con las 500 mayores empresas americanas – SP500).
Muchos inversores viven obsesionados con batir al índice y se deprimen si no lo consiguen. Algunos desisten y se indexan —en cuyo caso tampoco lo baten, entre otras cosas por las comisiones que supone invertir en fondos indexados. Y luego están quienes empiezan a correr riesgos innecesarios para lograr dicho objetivo. Pero ¿En serio es obligatorio batir al índice cuando inviertes?
Como inversores particulares todos tenemos una regla clara: hagas lo que hagas, no pierdas dinero. Perder dinero es lo peor para un inversor (Ojo, no hablamos de bajada de precio de un activo, sino de una pérdida realizada de una inversión), porque es cierto que invertimos sabiendo que eso puede pasar y que, si pasa, podremos asumir esa pérdida; pero nuestro objetivo es que no suceda, o por lo menos evitar que suceda muy a menudo.
A partir de ahí, cada inversor marca su estrategia y su plan de inversión de acuerdo a sus objetivos personales a corto, medio y/o largo plazo, y al nivel de riesgo que está dispuesto a asumir.
Es decir, los inversores tenemos distintos objetivos, distintas circunstancias, distintos horizontes temporales y distintos apetitos de riesgo.
Entonces ¿Por qué nos empeñamos en batir al índice? ¿Por qué nos empeñamos en pensar como un fondo de inversión y nos fijamos un benchmark al que superar?
Los fondos y su benchmark
De manera sencilla, un fondo de inversión es como una cartera de activos gestionada por un experto y donde los partícipes invierten su dinero. Dichos fondos deben cumplir una normativa bastante estricta y ajustarse siempre a las condiciones prefijadas en su creación: tipos de activos, composición, porcentaje de efectivo, etc.
Y según sea su composición, tendrá un índice de referencia o benchmark. ¿Por qué? Por varios motivos, como por ejemplo reflejar la filosofía de inversión, el mercado donde invierte y poder medir la pericia del gestor.
En los fondos de inversión sí tiene sentido fijar un índice de referencia ya que, si la mayoría de los activos son del SP500, por ejemplo, querré saber si el gestor hace una gestión activa acertada —y se merece su comisión— o si sería mejor invertir en un indexado al SP500 —pagando menos comisiones.
Pero, adivina qué: tú juegas con ventaja con respecto al gestor de fondos. Tienes menos herramientas y quizá menos conocimientos, pero no estás sujeto a las condiciones de nadie salvo a las tuyas propias. Y por eso mismo, no tienes la obligación de compararte con ningún benchmark ni batir a ningún índice.
No es obligatorio batir al índice
“Pero si no bato al mercado, ¿para qué invierto?”
Dímelo tú. ¿Para qué inviertes?
Porque la clave es esa. Y según sea la respuesta, igual no tienes por qué batir al índice y podrías dejar de obsesionarte con ello.
Te planteo 3 ejemplos:
Inversor por dividendos
Generalmente, un inversor por dividendos lo que busca es formar una cartera de empresas que repartan dividendos, con los cuales completar su pensión o su sueldo… o incluso vivir de esas rentas.
El inversor por dividendos lo que busca es tener un flujo de caja anual por dividendos para complementar su sueldo o pensión. Eso sí, ya que arriesga su dinero, que las rentas que recibe a cambio valgan la pena. Es decir, este tipo de inversor tiene el objetivo de conseguir un ingreso anual mediante dividendos con una rentabilidad aceptable sobre el capital invertido. No tiene por qué batir al índice. Podría quizá compararse con algún fondo de reparto de dividendos, pero si las rentas que recibe de su cartera cubren su objetivo ¿para qué obsesionarse con el benchmark?
Inversor contra la inflación
La inflación es la pérdida del poder adquisitivo. Los ahorros de hoy, si los guardo en el cajón, posiblemente pierdan valor por el efecto de la inflación. Hay quien invierte sólo con el objetivo de combatir este efecto.
La inflación histórica en países desarrollados gira en torno a 2 – 3% anual. Normalmente el inversor que está preocupado en mantener su poder de compra contra la inflación tiene una cantidad suficiente de capital para hacer frente a sus necesidades y lo que busca es mantener el nivel de vida. Probablemente invertirá una buena parte de su cartera en renta fija.
Para estos inversores lo más importante es conseguir una rentabilidad igual o mayor a la inflación. La mayoría ni sabe ni le importa si están batiendo al índice. Les basta con saber si mantienen intactos sus ahorros y su nivel de vida.
Inversor para la jubilación
Hay quien invierte con el objetivo de juntar suficiente patrimonio como para vivir de él en su jubilación —ya sea porque no recibirá pensión o porque será insuficiente. Supongamos que ya se ha jubilado. ¿Crees que se pasa el tiempo calculando si consigue batir el mercado? No tiene por qué, ni le vale la pena asumir mayores riesgos en esta fase de la vida. Su objetivo es que su cartera rente lo mismo o más de lo que gasta y eso es lo que va a vigilar, invierta en los activos que invierta. Invierta en el mercado que invierta.
A veces es imposible batir al índice
Supón que quieres hacer como Warren Buffett y pensar en tu cartera como si fuera un fondo. Supón incluso que se parece lo suficiente a un índice como para tenerlo de referencia. Pues bien, incluso en ese caso va a ser muy difícil que batas a ese índice, entre otras cosas por la fiscalidad. Tú como inversor particular pagas más impuestos que un fondo de inversión, lo que afecta directamente a tu rentabilidad —aunque normalmente no se tenga en cuenta.
Dicho esto, ¿Qué sucede en muchas carteras de inversores particulares? Que no son comparables con ningún índice. A veces la selección de activos no encaja ni con el SPX, ni con ningún índice o ETF concreto. ¿Qué hacen muchos entonces? Se comparan con el MSCI World (como si fuera ahora mismo muy diferente al SPX 🙄)

Fuente: JP Morgan Guide to the Markets
Entonces, ¿Con qué comparas tu cartera cuando no es comparable a ningún índice?
De nuevo: No eres un gestor de fondo. Tu cartera no tiene la obligación de estar referida a ningún índice, y por lo tanto no tiene sentido compararla con ninguno. Es más, dependiendo de la composición de tu cartera, quizá sea imposible batir al mercado (entendiendo por mercado al SP500) por muy buena gestión que hagas. Al menos en mercados alcistas. ¿Por qué? Por el tipo de activos. Es importante comprender qué tipo de inversión se hace y qué rentabilidad se puede esperar de dichos activos antes de poder compararse con ningún índice. A veces buscamos imposibles.
¿Y cuándo sí es posible batir al índice?
Si a pesar de todo lo expuesto anteriormente tu objetivo es batir al mercado, tendrás que hacer las cosas de manera diferente, y para ello lo primero es tener el conocimiento de los diferentes productos financieros disponibles para los inversores comunes y saber cómo utilizarlos, por ejemplo, las opciones financieras.
En momentos puntuales será muy difícil batir al mercado, pero el objetivo debe ser conseguir una rentabilidad promedio superior al índice en el largo plazo. Ya sabes… La paciencia juega un papel importante en la inversión.
La tolerancia al riesgo es un aspecto muy importante y cada uno de nosotros tenemos niveles de tolerancia diferentes. Por ejemplo, una de las claves es ampliar la inversión en momentos de bajada del mercado. Fácil decirlo, pero difícil hacerlo. Sobre todo, con cantidades importantes de dinero, que son las que marcan la diferencia.
En 1930 el mercado bajó un 85% en un año. En 2008 el mercado cayó un 50%. Ampliar la inversión después de caídas tan pronunciadas no es fácil y pocos tienen estomago para hacerlo. La gran mayoría vuelve al mercado después de que éste ya ha recuperado casi todo lo perdido.
Nosotros hemos escrito dos entradas sobre estrategias sencillas que podemos utilizar para tener rentabilidades mejores que el mercado (en este caso sobre el índice SPX – SP500):
Pero claro, eso serviría si se tuviera toda la cartera invertida en el SPX. Sin embargo, la mayoría de los inversores particulares no invertimos todo nuestro capital en un único activo. La mayoría diversificamos para disminuir los riesgos. Y esa diversificación es lo que, a su vez, va a imposibilitarnos batir al índice.
¿Y por qué Warren Buffett (y otros) sí lo consigue? Porque, además de ser un genio, él funciona con otras reglas más parecidas a las de una empresa que a las de un inversor particular. Las reglas del «juego» también son importantes.
Conclusión
Cada inversor tiene unos objetivos, una tolerancia al riesgo, unas circunstancias y un horizonte temporal. Lo decimos siempre. Entonces ¿Por qué esa obsesión por batir al índice? Quizá por influencia de los fondos de inversión activa y de sus gestores. Quizá por la comercialización de los fondos indexados. Quizá por la rivalidad entre ciertos grupos de inversores…
Los inversores institucionales siempre se fijan en la rentabilidad de los Bonos del Estado. Si creen que invirtiendo en renta variable pueden conseguir más rentabilidad, compran acciones. Caso contrario, no se arriesgan y prefieren la renta fija. Simple.
En nuestra opinión, los inversores particulares deberíamos dejar de obsesionarnos con batir al índice y concentrarnos en conseguir nuestros objetivos de inversión.
La única excepción sería, quizá, que tu objetivo fuera simplemente batir al mercado. En ese caso sí te interesa tener el conocimiento, dominar tu operativa, evitar la diversificación y tener tiempo para dedicarlo a la inversión. E incluso en este caso… ¿Qué margen de tiempo te das para averiguar si tu rentabilidad promedio realmente bate al índice?
Ahí dejamos la pregunta y nuestra reflexión de hoy. ¿Qué opinas tú al respecto?
Gracias por leernos ¡Y buenas inversiones! 😉